Hoy quería hablar sobre Madame Bovary, novela en la que Gustave Flaubert nos cuenta la vida, en apariencia banal y fútil, de una señora burguesa, en una pequeña ciudad de la Francia del siglo XIX. Sin embargo, lejos de ser una historia trivial, la historia de Emma Bovary es una obra maestra universal que invita a la reflexión y al debate sobre muchos temas. Después de todo, Emma es un personaje complejo y fascinante.Pero ¿Cuál es, en realidad, la tragedia de Emma? ¿Es el eterno conflicto entre libertad y responsabilidad, que la convierte en una egoísta guiada por sus caprichos y deseos, mientras su marido trabaja y una empleada cría a su hija? ¿O es, más bien, la de una víctima de un sistema patriarcal y opresivo, que la educó para ser un objeto de deseo y le negó oportunidades de independencia, haciéndole creer que el amor romántico y total era el único camino de la felicidad? ¿O acaso su verdadera tragedia es estar atrapada en su propia ilusión, incapaz de renunciar a sus sueños, aunque estos sean imposibles?Antes de profundizar sobre su tragedia, vamos a hablar un poco sobre la historia de la Señora Bovary, para no perderse en el camino. En resumen, el drama de Emma, es que influenciada por todas las novelas románticas que ha leído, termina idealizando el amor y la vida, como algo lleno de intensidad y de emoción. Y así como Don Quijote después de leer todas sus novelas de caballería, termina creyendo que es un caballero andante, Emma acaba creyendo que la vida debería ser una historia de amor desbordante de pasión, y de grandeza en cada instante; y que vivir sin toda esa intensidad, no es solo una injusticia, sino también una insufrible miseria. Cuando Emma se casa con Charles Bovary, ella ya tenía todas esas expectativas sobre la vida, y de alguna forma pensaba que junto él, el mundo le daría todas esas felicidades sobre las que ya había leído en tantas historias de amor.El problema era que Charles, a pesar de ser amable, y de quererla con toda el alma, era un tipo sencillo, aburrido, mediocre. No sabía decir frases interesantes, no sabía bailar vals, ni podía expresar pasiones imposibles. No tenía ambiciones que le quiten el sueño, ni lo carcomía la envidia, ni se moría de celos, ni guardaba rencor. La vida al lado del buen Charles era para Emma una ofensa y una traición. Vivía entre el tedio y la depresión. A veces encontraba algún interés o pasatiempo, pero la triste realidad se terminaba imponiendo y haciéndola infeliz. Emma intenta escapar del tedio con lujos y aventuras románticas, aveces platónicas, y a veces… totales, pero siendo la realidad como es, nunca está a la altura de sus sueños, y la búsqueda de una vida intensa se vuelve un desesperado camino de autodestrucción.Ahora sí. Volvamos a su tragedia.Primero que nada, ¿qué es una tragedia? Si bien la tragedia, como expresión dramática, nace en la antigua Grecia y se utilizaba en festivales religiosos para purificar las emociones del público, seguramente existen historias trágicas desde el principio de los tiempos. La historia de Gilgamesh, por ejemplo, nos muestra su inútil búsqueda de la inmortalidad y su inevitable enfrentamiento con la muerte. Y desde entonces nos han servido para hacer catarsis, haciéndonos reflexionar sobre la existencia y el sufrimiento humano.Catarsis significa precisamente purificación emocional. Y ya Aristóteles hablaba sobre cómo la tragedia nos sirve para purgar o liberar emociones, y con suerte, también para reflexionar y entender mejor nuestras propias vidas. Según él, la tragedia logra esto a través de la compasión y el terror: sentimos empatía, o compasión por el protagonista que sufre y, al mismo tiempo, sentimos terror, al pensar que podríamos estar en su lugar, o de que algo parecido nos puede pasar.Sin embargo, una tragedia no es simplemente una historia en la que a un personaje le pasan desgracias e injusticias. Si a pesar de lo terrible que puede ser su camino, el protagonista aprende, cambia, o se adapta, su historia no sería una tragedia. Por ejemplo, la historia de Teseo, a pesar de tener desgracias e infortunios, no es una tragedia, ya que lo vemos cambiar, evolucionar. Comienza siendo un niño sin padre, y se termina convirtiendo en uno de los más grandes héroes de Atenas.En cambio, por ejemplo el último cuento que comentamos, Cuánta tierra necesita un hombre, de Tolstoi, es una tragedia. En esa historia Pajón es incapaz de reconocer, y mucho menos de cambiar su ambición desmedida, lo que lo termina llevando, también, a un camino de autodestrucción.Otra cosa importante, es que para que nosotros como público podamos tener esa conexión significativa con la historia, para que nos lleve a esa limpieza emocional, la tragedia, en su aspecto más profundo, tiene que ser universal, tiene que poder resonar con cualquier audiencia, trascendiendo las limitaciones de género,...